Alejandro Geraldini nació en Amelia, Umbria en 1455.
En 1519 llegó a Santo Domingo como Primer Obispo residente. A su llegada, impulsó inmediatamente la construcción de la Catedral Primada de Santo Domingo, la más antigua de América, extraordinario monumento que lleva raíces italianas y un importante lugar en la historia mundial.
Geraldini fue una figura histórica completa: no solo eclesiástico, sino también diplomático, hombre de letras, amigo de otro italiano, Cristóbal Colón, a quien ayudó con la realeza española a obtener las autorizaciones para su famosa empresa.
Fue también hasta protagonista de unas páginas épicas como los enfrentamientos con el gobernador de España y la oposición contra él por defender la condición de los nativos. Su importancia es tal que todavía sigue vivo en la vida cultural y espiritual de Santo Domingo.
Se lo considera como el primer intelectual europeo establecido en las Américas y fue un erudito humanista del Renacimiento. Sus impresiones sobre el Nuevo Mundo quedaron recogidas en una notable obra escrita en latín y titulada Itinerarium ad Regiones sub Aequinoctiali Plaga constitutas. Fue uno de los primeros libros escritos en el Nuevo Mundo.
Alejandro Geraldini falleció casi con setenta años, después de una vida consagrada al bien de ambos hemisferios, en su obispado de Santo Domingo el 8 de marzo de 1524. Los restos del Primer Obispo residente reposan en un mausoleo funerario en su Catedral.
Su actual sucesor, Mons. Francisco Ozoria lo definió también como un Pastor, gran letrado y diplomático durante el imponente Te Deum celebrado el 19 de septiembre de 2019 para conmemorar los 500 años de su llegada a Santo Domingo.